Presentación



El cambio de la sociedad industrial a la sociedad de la información se caracteriza esencialmente por una presencia cada vez mayor del sector servicios como generador de riqueza y por un papel predominante de la información y de conocimientos. La tecnología, y el correspondiente menor peso de las tareas rutinarias y repetitivas automatizadas, supone una mayor exigencia al factor humano en cuanto a responsabilidad, autonomía, iniciativa, polivalencia y capacidad de adaptación.

Por tanto, una comunidad rica es, en definitiva, aquella que alcanza mayores niveles de capital social, ecológico, humano y económico.

La idea de inversión es la que nos permite clasificar al capital humano. Los recursos humanos, su motivación y su nivel formativo supone una inversión social por parte de las diferentes instancias sociales, mas hoy en día para enfrentarnos a los cambios y adaptarnos al futuro.

La formación del capital humano está fuertemente relacionado con el desarrollo del capital social, las diferentes relaciones que establecen los individuos entre sí como fuentes de apoyo y la habilidad de las personas para trabajar juntas en grupos, y de las organizaciones para conseguir propósitos comunes.

La creación de un capital social adecuado constituye una ventaja importante para la formación de capitula humano precisando un conjunto de normas y valores informales compartidos por el grupo de personas, que permite la cooperación entre ellos. Las normas que generan en el capital social deben incluir virtudes como la credibilidad, el cumplimiento de las obligaciones y la reciprocidad, de tal forma que un grupo será más eficiente cuanta más confianza desarrolle.

Las crecientes demandas sociales soy resultado de situaciones de necesidad creadas por este cambio social. Las crisis derivadas del déficit publico, la falta de crecimiento económico o de inversión productiva no se justifican simplemente en base a los gastos ocasionados por las políticas de protección social; la consolidación de una sociedad con un mayor nivel educativo y un mejor estado de salud es, en definitiva,un reto para las sociedades modernas que pretendan alcanzar mayores niveles de prosperidad económica y social.

Entre las principales estrategias fomentadas por el Banco Mundial para potenciar el desarrollo se encuentran: el crecimiento económico, de forma que el trabajo dote a los individuos de recursos que les permita cubrir sus necesidades básicas, la inversión en salud y en nivel educativo que les permita ser más productivos y, para finalizar, el establecimiento de redes sociales seguras que protejan a todos los ciudadanos, pero en especial, a los más vulnerables.

Para ello, la participación comunitaria y la implicación de los agentes sociales, así como la interacción trabajador - organización, individuo - sociedad, sigue siendo la materia pendiente de actuación y mejora.

En este ámbito cobra singular importancia a naturaleza de los grupos en riesgo de exclusión con la solidaridad, el apoyo, la simpatía y el sentido de obligación para con el otro, su familia, su comunidad, valores que cobran especial importancia en el desarrollo del capital social asociado la mayores posibilidades de inversión en bienes públicos como los servicios sociales, la salud, la educación y la seguridad. No se trata de una inversión económica sencillamente, se trata de la creencia y desarrollo de este capital en cuanto a la búsqueda de una sociedad más igualitaria, solidaria, justa y que el sentido de comunidad, aspectos en los que el papel de la mujer cobra especial trascendencia.